INTRODUCCIÓN
La pregunta por la esencia de la verdad para Heidegger es muy abstracta. Indagando nos lleva a develar el “zócalo de la verdad”, como una posibilidad. Primero nos da a conocer la diferencia entre “verdad” y “verdadero”, para preguntar por la esencia de la verdad y qué la caracteriza sin tipificarla. Atacando el “sentido común”. El autor desarrolla su teoría en varias fases ó momentos:
1er Momento: Nos lleva a descubrir que lo que está en cuestión es la noción de coincidencia y que no se debe interpretar como identificación.
2do Momento: “enunciado” (juicio). Desmantela la teoría de “verdad correspondiente”, el la llama “coincidencia” entre “enunciado” y “cosa”. Dice que hay un círculo vicioso individual como fallo a la teoría, pues enlaza la “cosa” con la “idea de la cosa” como obviedad. En esto radica la ingenuidad del sentido común. Los enunciados se adecuan a las ideas de las cosas y en el sentido de Kant.
3er Momento: El enunciado no se relaciona con la materialidad de la cosa, es inconmensurable. ¿Cómo hacerlos coincidir?.
4to Momento: Adaequatio mediante el cual se instituye una relación, ¿de qué tipo?. Nos lleva a la pregunta por la naturaleza (esencia) del enunciado, que no puede ir más allá, debe ser algo permanente. Por medio del enunciado su esencia “aparece” inmutable, lo permanente de la cosa ¿sí es la cosa como tal?. Es en virtud de lo re-presentado es que se da el enunciado, en un ámbito abierto que no es creado por la re-presentación. El enunciado recoge, no desde la conciencia, sino como objeto para un sujeto. En el ámbito abierto se pone en representación algo vía el enunciado. Caracteriza la verdad como un “comportarse libremente”: Carácter radical de la cosa (Dasein) que le pertenece al ente, para poder se “pillada” por el enunciado. Dejar ser al ente en el campo abierto, comportarse (manifiesto=ente escrito).
· La esencia de la verdad es el comportarse y la esencia del comportarse es la libertad.
INFORME DE LECTURA
Introducción
Heidegger comienza por plantear una pregunta concreta: ¿Qué es lo que caracteriza a toda verdad en general como verdad?. Pregunta por la esencia de la verdad, dejando de lado los casos específicos en que esta se manifiesta. Para el autor un pensar fundamentado que se ocupe con lo real debe intentar establecer la “verdad efectivamente real”. Este es un estado real de necesidad. Surge ahora la pregunta: ¿Quién toma voz en estas reflexiones?. Descarta al “sentido común” y su pretención de obviedad, la cual está en contraposición al saber filosófico y su búsqueda por la esencia de lo ente, como su asunto esencial. Si hoy queremos preguntar por la “verdad real” debemos saber qué significa “verdad en general”.
Parágrafo 1: El concepto corriente de verdad
Lo que hace que algo verdadero sea verdadero. Pero ¿qué es algo verdadero?. En principio podríamos decir que se trata de lo “puro” y “real”, pero al hacer la diferencia entre “verdadero” y “falso” concluimos que los dos conceptos se pueden ajustar a cosas o hechos efectivamente reales, “lo verdadero del oro auténtico no puede ser garantizado por su carácter de cosa real”. ¿Qué significa aquí auténtico y verdadero?, lo auténtico es aquello cuya realidad coincide con lo que previamente y siempre pensamos de una cosa como tal, así la “cosa” “concuerda” , es “como debe ser”.
Otro tipo de concordancia es la que atribuimos a los enunciados para decir que sí son verdaderos ó falsos como aserciones sobre lo ente (auténtico ó inauténtico), cuando un enunciado significa con lo que dice a la cosa sobre la cual enuncia asumimos que es verdadero, decimos que concuerda, el enunciado (proposición) concuerda (con la cosa). Entonces podemos decir que lo verdadero es “lo que concuerda”, en un doble sentido: Por un lado como concordancia de una cosa con lo que previamente se entiende por ella, y , por otro, como concordancia de lo dicho en el enunciado con la cosa.
Concordar: “veritas est adaequatio rei et intellectus”, adecuación de la cosa al conocimiento o viceversa. Dice Heidegger que la verdad de la proposición solo es posible sobre el fundamento de la verdad de la cosa (Adaequatio rei ad intellectum). Los conceptos esenciales mencionados de la veritas significan siempre un “regirse de acuerdo con” o “conformarse a”, piensan la verdad como “conformidad o rectitud”.
En este punto retoma la formulación habitual del concepto de verdad en su origen más próximo, el medieval, donde la verdad como adecuación no ha sido intervenida por la idea trascendental de Kant, el fundamento de la subjetividad del ser humano (los obletos conformes a nuestro modo de conocer). En el medioevo Adaequatio rei ad intellectum significa la fe teológica cristiana: Las cosas en lo que son y si son, solo en la medida en que una vez creadas (ens creatum), corresponden a la idea previamente pensada en el Intellectus divinus (el espíritu de Dios), se atiene al principio de conformidad ya mencionado, por ende verdaderas. El intelecto humano también es un Ens creatum; Este se conforma a la idea solo en la medida en que las proposiciones adecuan lo pensado a la cosa y la cosa a la idea. “pero el entendimiento solo es conforme a la idea en la medida en que sus proposiciones adecuan lo pensado a la cosa, sin olvidar que la cosa también tiene que ser conforme a la idea. Si se parte de la suposición de que todo ente es “creado”, la posibilidad de la verdad del conocimiento humano se basa en el hecho de que cosa y proposición son en la misma medida conformes a la idea y, por eso, desde el punto de vista de la unidad del plano divino de la creación, se encuentran mutuamente acomodadas la una a la otra”... “la veritas siempre significa en su esencia la convenientia, la coincidencia de los distintos entes entre sí, en cuanto entes creados, con el creador, un modo de “concordar” que se rige por lo determinado en el orden de la creación”.
Ahora el autor se libera de la idea de la creación teológicamente pensada y se remite a la “posibilidad de planificación de todos los objetos por medio de la razón mundial, la lógica, que se da a sí misma la ley y por eso también exige la inmediata comprensibilidad de su proceder, dando por hecho que la esencia de la verdad en la proposición reside en la conformidad del enunciado. De este modo cuando enunciamos la verdad siempre significamos la coincidencia de la cosa presente con el objeto racional de su esencia. este concepto de verdad está caracterizado por su obviedad, incluso al deducir la existencia de la no-verdad como la no-coinsidencia entre el ente y suesencia, cuestión que puede dejarse de lado en la pregunta por la esencia pura de la verdad.
El autor precisa un desenvolvimiento particular de la esencia de la verdad. Se pregunta si ya el asunto no está suficientemente representado por la fórmula y su obviedad como protección. Plantea que: “Si además entendemos la reconducción de la verdad de la proposición de la verdad de la cosa como aquello bajo cuya forma ella se presenta primero, es decir, como una explicación teológica, y si mantenemos en toda su pureza la definición filosófica de su esencia librándola de la intromisión de la teología y limitando el concepto de verdad a la verdad de la proposiciones” nos topamos con una antigua tradición del pensar: Verdad =coincidencia (omoiusiz) de un enunciado (logos)con una cosa (pragma). ¿Qué elementos del enunciado suscitan todavía alguna pregunta, suponiendo que ya sabemos qué significa coincidencia de un enunciado con la cosa?, ¿sabemos qué significa?.
Esta pregunta por la coincidencia nos remite al siguiente parágrafo.
Parágrafo 2: La interna posibilidad de la coincidencia.
En principio Heidegger plantea varias preguntas sobre la “adecuación” y sus posibles significados: Dos objetos físicamente iguales coinciden en su aspecto único; un enunciado cualitativo acerca de uno de los objetos puede llegar a ser verdadero si en efecto coincide de manera determinada. De este segundo ejemplo surge la pregunta ¿En qué pueden coincidir la cosa y el enunciado si los elementos que se han puesto en relación son distintos en lo tocante a su aspecto?, decimos que si el enunciado coincide con el objeto entonces es verdadero, ateniéndonos al concepto corriente de verdad (adecuación). La pregunta ahora es ¿Cómo se adecuan?, son cosas desiguales e inmutables para nuestro propósito, ¿En qué consiste la esencia de esta adecuación?. Heidegger responde: Adecuación no significa aquí una igualación real y concreta entre cosas que son distintas”... “La esencia de la adecuación se determina de acuerdo con la naturaleza de la relación existente entre el enunciado y la cosa”. Lo indeterminado de esta “relación” y la falta de fundamentación en su esencia, hacen que carezca de sentido toda discusión sobre la posibilidad e imposibilidad de esta, sobre su naturaleza y grado de adecuación.
Los enunciados sirven para re-presentar cosas y decir algo acerca de estas según el caso. “lo que el enunciado representador dice acerca de la cosa representada lo dice tal como ella es”. El autor hace énfasis en el <
El comportarse consiste en mantenerse siempre abierto a lo ente, las cosas se mantienen en lo abierto de un ámbito dentro del que se pueden poner y decir en cuanto aquello que son y cómo son, si un ente mismo se hace presente en el enunciado representador y este se adecua a lo ente, supeditándose a una indicación que consiste en decir lo ente tal como es. Lo así dicho es lo conforme (verdadero), conformidad que surge del carácter abierto del comportarse, mediante el cual lo manifiesto llega a ser criterio de conformidad de la adecuación representadora. El criterio de conformidad de todo representar se toma como algo previamente dado. Podemos deducir que dicho criterio de conformidad y lo que lo hace posible vale como esencia de la verdad.
Ya no diremos que es en el enunciado exclusivamente donde se halla la esencia de la verdad. La pregunta a seguir es por el fundamento de la posibilidad interna del comportarse que se mantiene siempre abierto y procura previamente un criterio de conformidad: La consumación de la esencia de la verdad.
Parágrafo3: El fundamento que hace posible la conformidad.
Heidegger inicia este parágrafo preguntando por la indicación que recibe el enunciado para fines de su concordancia con los objetos de acuerdo con la conformidad, ¿por qué el concordar contribuye a determinar la esencia de la verdad? ¿cómo ocurre que se de una directriz de antemano y se logre la concordancia con ella?. Para Heidegger, el dar de antemano se da libremente en lo abierto y vincula el re-presentar. “Este darse libremente a unan directriz vinculante sólo es posible si se es libre para lo que se mantiene en lo abierto”... “este ser libre indica la esencia de la verdad”. Entonces, el carácter abierto del comportarse que hace posible la conformidad se fundamenta en la Libertad, “la esencia de la verdad entendida como conformidad del enunciado, es la libertad”. Esta es una proposición “chocante” y aparentemente una obviedad, pero, para llevar a cabo una acción, como la del enunciado representador o la de la afirmación o disensión de la verdad, el que actúa tiene que ser libre, no tener impedimentos: “la libertad es la esencia de la propia verdad”, entendiendo “esencia” como el fundamento de la interna posibilidad de aquello que en principio y en final se admite como algo conocido. No se trata exactamente de confiar de buenas a primeras la verdad al libre disponer del hombre, aquí se arrincona la verdad en la subjetividad del sujeto humano, que por más objetividad que alcance, esta sigue siendo humana y al libre erbitrio del hombre en igual medida que la subjetividad.
Todos las posibles formas de no verdad se le pueden atribuir al hombre, siendo estas contrarias a verdad, por lo cual están al margen de la pregunta por la pura esencia de esta. El origen humano de la no verdad confirma, mediante contraposición, que la esencia de la verdad <
Parágrafo 4: La esencia de la libertad.
Comienza por quebrantar los prejuicios anteriores suponiendo un cambio en el modo de pensar. En la pregunta por la esencia del hombre se encuentra el camino para la conexión esencial entre verdad y libertad, Heidegger la plantea desde una perspectiva que garantiza la experiencia de un oculto fundamento esencial del hombre, el Dasein, ámbito originalmente esencial de la verdad. Ahora el autor afirma que la libertad solo es el fundamento de la interna posibilidad de la conformidad, que esta recibe su propia esencia de la esencia más originaria de la única verdad esencial. La libertad hasta aquí, fue definida como “libertad para lo que se manifiesta en algo abierto”. “Lo manifiesto, a lo que se adecua en cuanto conforme un enunciado representador, es eso siempre abierto en comportarse que se manifiesta abierto. La libertad respecto a lo manifiesto de un ámbito abierto permite que el ente siga siendo ese ente que precisamente es. La libertad se desvela ahora como un dejar ser a lo ente”.
La expresión <
El sentido común “malinterpreta” la libertad como “falta de ataduras” o como “capricho ocasional” para hacer o no hacer. La libertad tampoco es la disponibilidad para algo exigido y necesario. Antes que libertad “positiva” o “negativa”, es ese meterse en el descubrimiento de lo ente como tal, el cual preserva en el meter-se ex –sistente, por el que la apertura de lo abierto, o, el <
El hombre no posee la libertad, pasa lo contrario, “la libertad, el ser-aquí ex –sistente y desencubridor de un modo tan originario que es ella la única que le concede a una humanidad esa relación con lo ente en su totalidad que fundamenta y caracteriza por primera vez toda historia. Solo el hombre ex –sistente es histórico. La <
Dice el autor que la libertad pudo haber traído consigo la interna indicación de adecuar el representar al correspondiente ente. Al decir que el hombre ex –siste lo que se significa es que la historia de las posibilidades esenciales de la humanidad histórica se preserva para él en el descubrimiento de lo ente en su totalidad.
Siendo así las cosas el hombre (histórico) también puede no dejar ser a lo ente como es por medio del ocultamiento ó disimulo, dándole el poder a las apariencias, en las cuales se hace patente la in esencialidad de la verdad. Pero en cuanto a la libertad existente no es una propiedad del hombre, sino el hombre ex –sistente en cuanto posesión de dicha libertad y solo de ese modo se torna susceptible de historia, por eso la inesencialidad de la verdad tampoco puede surgir a posteriori de la simple incapacidad o dejadez del hombre, la no-verdad tiene que proceder de la esencia de la verdad.